El uso de la inteligencia artificial, en combinación con la genómica profunda, para lograr la máxima optimización de la salud.

Dr Robert Hess

La inteligencia artificial ha tenido hasta ahora poca representación dentro del mundo de la medicina convencional. Esto se debe a diversos motivos. En primera línea están los motivos de responsabilidad, ya que son pocos los algoritmos de la IA que gozan de aprobación médica. Además, hay pocos médicos que posean un conocimiento informático sólido. De la misma forma, los desarrolladores de algoritmos de la inteligencia artificial, por norma general, no se encuentran dentro del campo de la medicina. Muchos algoritmos se basan en matemáticas muy complicadas y difíciles de descifrar, en definitiva, son como una caja negra. 

La situación es muy diferente en la optimización de la salud, donde la recopilación periódica de grandes conjuntos de datos personalizados supone la condición básica para el aprendizaje automático. En particular, el seguimiento de los datos epigenéticos y de la genómica profunda proporcionan la base perfecta para un análisis exacto con las recomendaciones de terapia adecuadamente derivadas.

En mis empresas, dentro del campo de la optimización de la salud, llevamos bastante tiempo utilizando algoritmos de IA. Por ejemplo, en Salvagene el 80% de todas las recomendaciones son generadas actualmente por la inteligencia artificial. Y a día de hoy, todas las recomendaciones que hago a mis clientes sobre la mejora de la inmunidad al virus del SARS-CoV-2 se basan ya en un 50% en algoritmos de inteligencia artificial. Tienen la ventaja absoluta de que, tras un cierto tiempo de aprendizaje, crean un sistema de inteligencia artificial individual para cada cliente.

Al contrario que la medicina convencional, que se basa en conjuntos de datos ajenos, nosotros trabajamos exclusivamente con los datos personales y recogidos individualmente de nuestros clientes. Por ello, cuantos más datos se registren, mejor.

Mi meta personal es desarrollar el proyecto “Daily Life Care”, una especie de “laboratorio en casa” que en un futuro estaría integrado en los sistemas de hogar inteligente. Este laboratorio en casa está formado por los análisis instantáneos diarios de pruebas (muestra de saliva, un pequeño análisis de sangre por punción en el dedo, análisis de orina y de heces). Una prueba automática de pocos segundos para conseguir un “daily plan” personal basado en la inteligencia artificial. Incluye un programa de nutrición y activación que, basándose en las mediciones, indica qué actividades son óptimas en un momento determinado de ese día, para optimizar la salud diaria. Mi visión es tener mi optimizador de salud personal en casa, el cual sea capaz de cuidar de mi bienestar a diario y sepa cuáles son mis necesidades mejor que yo.